Se cumplen dos años desde la desaparición de Maddie

Pese a los esfuerzos de la policía y a la monumental campaña mediática, la misteriosa desaparición de la pequeña sigue sin resolverse

Londres (dpa, 1 de Mayo del 2009) – Normalmente, Oprah Winfrey habla con figuras destacadas del mundo del espectáculo como Madonna o Tom Cruise. Por eso, que una pareja de médicos de una pequeña localidad en el centro de Inglaterra sea entrevistada por la reina de los talkshows estadounidenses es todo un hito. Pero desde hace dos años, Gerry y Kate McCann ya no son un matrimonio cualquiera.

El 3 de mayo de 2007, su hija Madeleine desapareció en un complejo turístico del Algarve. Pese a los esfuerzos de la policía portuguesa y a la monumental campaña mediática, que les llevó incluso hasta el Papa y con la que recolectaron millones, el misterio de Maddie sigue sin resolverse. Y las perspectivas de lograrlo se diluyen día a día.

Aturdidos, los padres intentan mantener vivo el recuerdo de su hija. Y es que también son muchos los espectadores que están hartos de las incontables apariciones de los McCann ante las cámaras de todo el mundo. La pareja vivió la peor de las pesadillas que puede ocurrirle a unos padres: su hija de entonces tres años desapareció mientras cenaban con unos amigos en un restaurante cercano. Y hasta hoy no hay rastro de cuál puede ser su paradero.

“No pasa ni un sólo día sin que piense en ella. Siento que Maddeleine sigue estando cerca de mí y sigue viva”, dijo Kate McCann en las grabaciones para el talkshow estadounidense. Dos veces al día va a la habitación de su hija “para decirle hola”. Y el dolor le impidió viajar junto a su marido Gerry a Praia da Luz, el lugar de la desaparición, que ahora reconstruye el canal británico Channel 4 en un documental. Los McCann esperan que la cinta arroje algo de luz sobre las incógnitas.

El caso no sólo convulsionó a la prensa por lo mediáticas que eran la imagen de la pequeña niña rubia y sus padres, sino porque las investigaciones del caso tomaron giros de lo más bizarro y desataron tensiones diplomáticas entre Reino Unido y Portugal. Si la desesperación de los padres primero conmovió al mundo, la cruz de la moneda llegó cuando la policía portuguesa los declaró como sospechosos en septiembre de 2007. Casi un año después, en julio de 2008, el caso se cerró y se levantaron todas las sospechas contra el matrimonio: no se encontraron pruebas que demostraran su implicación.

El director de las investigaciones, Goncalo Amaral, se retiró mucho antes de aquello debido a las tensiones, pero no renunció a plasmar en un libro su versión. Incluso ahora sigue dando que hablar, como cuando reveló en una entrevista que un grupo de policías europeos quieren investigar por su cuenta lo sucedido. “Queremos encontrar la verdad y que se haga justicia”, señaló, sin dar más detalles. Pero sí aclaró que el objetivo “no es acumular pruebas contra los McCann”.

Naturalmente, las grietas abiertas entre los habitantes de la pequeña localidad portuguesa y los británicos no se han cerrado todavía. La gente del Algarve no habla precisamente bien de los McCann, y con la crisis financiera y el descenso del turismo aumenta el rechazo.

Entre tanto revuelo, hubo muchos medios que no se cubrieron precisamente de gloria publicando acusaciones infundadas que a la postre les resultaron caras. Tanto los McCann como otro sospechoso británico se querellaron contra un diario del país y obtuvieron una indemnización de casi un millón de euros respectivamente (1,3 millones de dólares).

Con todo, a los McCann se les está acabando el dinero que recolectaron para buscar a su hija. Recientemente, Gerry anunció que antes de que finalice el año se habrán evaporado los 2,5 millones de libras (2,8 millones de euros/3,7 millones de dólares) del fondo de Maddeleine. Aunque eso no signifique, ni mucho menos, que la historia ha llegado a su fin.