La novela francesa que inspiró la serie Juego de Tronos
El "Juego de Tronos" (Game of Thrones), es fantasía. La serie de televisión -y los libros en los que está basada- A Song of Ice and Fire ("Canción de hielo y fuego") de George RR Martin, toma lugar en el mítico Westeros.
En el norte, un enorme muro de hielo mantiene afuera a los bárbaros salvajes y a los seudozombis caminantes blancos. Al sur del muro, se lleva a cabo una cruenta guerra entre quienes se pelean el Trono de Hierro y el dominio sobre los siete reinos de Westeros. Entretanto, una princesa (Daenerys), exiliada en una lejana tierra, está criando tres dragones y organizando un ejército de esclavos libres.
Pero el "Juego de Tronos" está repleto de intriga política y horripilantes muertes. La guerra y sus consecuencias están descritas en brutal detalle. Los personajes tienen relaciones sexuales y hasta los héroes mueren inesperadamente. Si uno despojara la serie de sus elementos sobrenaturales, lo que queda se parece más a una crónica histórica, que relata conflictos muy humanos.
El "verdadero" juego de tronos
Martin dice que una de sus principales inspiraciones no fue la fantasía, sino una serie de novelas que toma lugar en la Francia medieval, poco conocida o leída. Les Rois Maudits ("Los reyes malditos") es una saga escrita por Maurice Druon, entre los años 50 y 70, que registra la lucha dinástica por el trono francés a comienzos del siglo XIV y que culmina con la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia.
"'Los reyes malditos' lo tiene todo", escribe Martin, en una introducción a la reciente edición en inglés de la saga. "Créanme, los Stark y los Lannister (familias en el "Juego de Tronos") no superan en nada a los Capetos y los Plantagenets (las casas reales en Francia e Inglaterra). Ese es el verdadero juego de tronos".
Con solo empezar a leer "Los reyes malditos", los paralelos se vuelven claros. Westeros tiene más en común con la descripción que Druon hace de la Francia medieval que con el Reino Intermedio de JRR Tolkien en "El señor de los anillos". Ambos son mundos feudales, donde el poder está determinado por intriga en tiempos de paz y represalias sangrientas en tiempos de guerra. En la corte francesa ilustrada por Druon, hay ecos de las palabras de uno de los personajes de Martin: "La escalera es la única verdad. El ascenso es lo único que existe".
"Los reyes malditos" empieza en 1314, el último año del reinado de Felipe IV. El rey ha eliminado a la poderosa orden de los caballeros templarios y confiscado sus bienes. Cuando el último de los templarios está siendo quemado en la hoguera -falsamente acusado y condenado como hereje- pronuncia una horrible maldición contra los hombres que lo han conducido a su destino: "¡Malditos, malditos. Hasta la decimotercera generación de su línea será maldita!"
Felipe muere poco después, dejando atrás una familia que se peleará la sucesión. En el "Juego de Tronos" y en "Los reyes malditos" hay elencos muy parecidos -un débil pero sádico príncipe (Luis, en el libro francés, Joffrey en el de Martin), una princesa vengadora (Isabela, Cersei) y, completando el grupo maquiavélico (Roberto de Artois, Meñique). Con ambos autores, el lector navega el complicado argumento desde el punto de vista de personajes menos poderosos, atrapados en la estela de los eventos.
"Ambas son novelas épicas impulsadas por los personajes", dice Marc Denjean, un admirador francés de Druon. "En el 'Juego de Tronos', Martin elabora una gran trama política mientras que Druon toma la suya de la historia pero, en ambas situaciones, uno está viendo la historia a través de los ojos de los débiles".
Paralelos con la historia
Al comparar ambas obras queda resaltado cómo los libros de Martin se han convertido -como algunos dicen- "en libros de fantasía para las personas que por lo general no gustan de la fantasía". La técnica de Martin podría describirse como un revoltijo histórico; la guerra entre los Stark y los Lannister se parece a la Guerra de las Rosas, la tribu Dothraki -a la que Daenery se une en matrimonio al comienzo de la secuencia- tiene paralelos con las hordas mogoles de Genghis Khan, mientras que los guerreros del hierro tiene mucho en común con los vikingos. Y el muro de Westeros es alusivo al muro de Adriano en el norte de Gran Bretaña.
Se parece a la historia, pero con el suspenso añadido de no saber quién ganará o perderá. Este elemento en la obra de Martin le ha ganado el elogio de varios historiadores. "Diferentes eventos -y diferentes épocas- se combinan para consistentemente producir potentes y sorpresivos efectos. En el 'Juego de Tonos', episodios de nuestra historia mundial están a la espera de que caigan los personajes como en trampas escondidas", comentó sobre la serie Tom Holland, autor de libros de historia y novelista británico.
Para otros, el "Juego de Tronos" ha sido como una entrada al estudio de la historia. El escritor estadounidense Jamie Adair se inspiró para escribir el blog "La historia detrás del 'Juego de Tronos'". "Para ser sincero sólo esperé un par de entradas", confesó (el blog contiene ahora unas 180 páginas de entradas). "Nunca pensé que las novelas tuvieran más paralelos que los más obvios como con la Guerra de las Rosas".
"Sigo escribiendo el blog porque es un desafío personal para explorar nuevas áreas de la historia y verla desde otras perspectivas. Por ejemplo, antes del blog, nunca hubiera leído sobre la táctica de sitiar en las guerras de la antigüedad, pero termino viendo diferentes patrones en la historia como resultado de esto".
Resurgimiento de Druon
Maurice Druon, que murió en 2009, es apenas conocido en el mundo de habla inglesa pero tuvo una muy buena fama como hombre de letras en su país natal. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió bajo Charles de Gaulle y escribió el himno patriótico "Canción de los partisanos". Después, fue director de la Academia Francesa, la prestigiosa institución que aprueba las palabras que entran en la lengua francesa. Druon era un enemigo acérrimo de la penetración de los anglicismos en el francés, aunque aparentemente aprobó de la entrada de las palabras "tweed" y "birdie" en los diccionarios francófonos.
Cuando Druon murió, fue en esto último en lo que se concentraron sus obituarios, no en su saga histórica -tal vez siguiendo los deseos del autor. "'Los reyes malditos' fue escrito para hacer dinero rápido", asegura John Lichfield, corresponsal en Francia del diario británico The Independent. "Él no se sentía muy orgulloso de la serie". Lichfield conoció a Druon, a quien describe como "un hombre simpático, generoso y de buen humor", que también era un apasionado anglófilo. "Era alguien con quien uno se topaba mucho en las recepciones de la embajada británica".
Denjean dice que "Los reyes malditos" pasó de ser novela de culto al público en general con una adaptación para televisión en los años 70 -una especie de "Yo, Claudio" en francés. "Era un programa en horario de alta sintonía, en la época en que sólo había dos canales y todos lo veían juntos". Druon también fue uno en una lista de novelistas franceses permitidos por la entonces Unión Soviética. Años después, Vladimir Putin se convirtió en su admirador y se reunió con él varias veces.
En años recientes, la popularidad de los libros de Druon ha decaído, aún en Francia, señala Lichfield. "Me pregunto cuántos aficionados del 'Juego de Tronos' han escuchado de él", dice. Pero es posible que la historia esté completando su ciclo. La versión en inglés de la saga de "Los reyes malditos" está siendo reeditada, completa con la introducción de Martin. Es posible que Druon encuentre toda una nueva audiencia con la recomendación del autor que estuvo influido por sus libros.
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