El estudiante que solo comió insectos durante un mes
Un estudiante estadounidense acaba de pasar 30 días siguiendo la "dieta de los bichos", por la que comía insectos tres veces al día.
Camren Brantley-Ríos dice que las carnes tradicionales, de cerdo y ternera, son insostenibles, y quería probar lo que muchos consideran ya que será la dieta del futuro.
"Para la cena me tomaba gusanos de la harina con arroz frito. Estaba muy bueno. Aderezaba los gusanos con salsa de soya".
A muchas personas les parecería desagradable la idea de comer larvas e insectos, cuando no repulsiva. Hace no muho Brantley-Ríos se encontraba entre ellos. Pero en el último mes ha estado comiéndolos para el desayuno, el almuerzo y la cena.
"Me estoy limitando a tres especies", dice. "Gusanos de la harina, gusanos de cera y grillos. Esos tres forman el grueso de mi dieta".
"Pero intento cuando puedo incorporar cosas un poco más exóticas".
Entre sus comidas se encuentran los huevos revueltos con gusanos de cera, hamburguesas de bichos con queso y los grillos criollos.
Cucarachas
De vez en cuando, ha introducido en sus platos otros insectos, como la cucaracha naranja, que mide 4,5 centímetros de largo.
Preparándolas, Brantley-Ríos dice que llegó a llorar, aunque luego les sorprendió lo ricas que sabían.
"Les quitas las patas, las alas, y el pronotum, la cáscara que les cubre la cabeza. Las saltee con especias, hongos y cebollas. Estaba un poco agrio. No era para nada raro".
Otros experimentos no acabaron tan bien.
"Las pulpas de los gusanos de seda no eran para nada mis favoritas", admite Brantley-Ríos. "Apestan".
Los insectos consumen menos recursos que los mamíferos y son una importante fuente de proteínas, explica Brantley-Ríos, y más de 2.000 millones de personas en todo el mundo comen insectos habitualmente, de acuerdo con la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Pero en EE.UU. comer insectos sigue siendo una rareza.
"Realmente no hay necesidad de comer bichos en Estados Unidos porque nos va bien", dice Brantley-Ríos.
"Tenemos mejores carnes y tenemos suerte de tener ese lujo, así que no hay mucha presión para comer insectos ahora mismo. Pero lo que mucha gente está tratando ahora es de hacerlos más atractivos al gran público".
Impacto en el medio ambiente
Tuvo que recurrir a internet para encontrar los ingredientes.
"No hay muchos criaderos de insectos", dice.
Ha encargado insectos de criaderos que habitualmente suministran a los zoológicos, ya que estos los necesitan para "alimentar a reptiles y animales de ese tipo".
Siempre se ha tratado de asegurar que los insectos han sido alimentados de acuerdo con una dieta orgánica, y solo compra especies que sabe son un alimento seguro.
"No es que me vaya al bosque a cazarlos. Sin duda hay un riesgo al hacer eso", añade.
"Llamo a diferentes proveedores y hago un encargo de los bichos que voy a necesitar y luego me llegan por correo".
Sabe que las cosas no van a cambiar mucho por una persona más que coma insectos. Para tener un impacto en el medio ambiente, su ejemplo debería ser seguido por millones de personas.
¿Pero ha llegado a convencer a alguien más?
Sí, a algunos de sus amigos.
"No es que se los haga engullir o algo así", dice.
Pero agrega. "Muchos de mis amigos, a quienes no esperaba ver comiendo bichos, me están pidiendo hacerlo también".
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