domingo, 17 de abril de 2016

¿"Center" o "centre"? Noah Webster, el hombre que creó el inglés de EE.UU. y unificó un país

¿"Center" o "centre"? Noah Webster, el hombre que creó el inglés de EE.UU. y unificó un país

Noah WebsterImage copyrightGetty
Image captionNoah Webster se rebeló ante las inconsistencias de la ortografía inglesa.
¿Te has preguntado por qué hay palabras en inglés que se escriben diferente según las leas en Londres o en Nueva York?
La "culpa" es de Noah Webster, el "padre" del inglés de Estados Unidos, sutilmente diferente al idioma del país del que se emancipó.
Uno de los vínculos para crear una nación es un idioma común. Y Estados Unidos no fue diferente.
Como en toda emancipación hubo rebeldía, también en lo lingüístico.
El profesor Webster estaba harto de que los niños -ya estadounidenses- aprendieran con libros de textos británicos, que ignoraban la nueva cultura y juraban fidelidad a un rey que en el nuevo país ya no tenía poder.
También le enfurecían las inconsistencias de la ortografía del idioma heredado de la madre patria.
Entrada en el diccionario de la palabra Image copyrightMerrian Webster Dictionary
Image captionEl diccionario de Webster considera la palabra "centre" como una versión británica de "center".
Por ello, se levantó y decidió hacer las cosas de otra forma. Fue su contribución patriótica a la conformación de un país.
Y así escribió el "American Dictionary of the English Language" (Diccionario Estadounidense del Inglés). Esta semana se cumplió el aniversario de su publicación en 1828.

"Momento de cambios"

"Éste es el momento y éste es país en el que podemos esperar tener éxito al intentar hacer cambios en el lenguaje, la ciencia y el gobierno", escribió el intelectual.
"Aprovechemos entonces el momento y establezcamos un idioma nacional igual que creamos un gobierno nacional", agregó.
El diccionario fue su obra cumbre, pero ya durante los años anteriores fueproponiendo una ortografía puramente estadounidense de las palabras británicas.
Por ejemplo, eliminar la "u" de palabras como "colour" (color) y "honour" (honor) y cambiar de orden la "r" y la "e" en otras como "theatre" (teatro) y "centre" (centro).
El objeto era que las palabras se escribieran acorde a cómo se pronunciaban y se pronuncian aún hoy en día. Aborrecía las normas artificiales y creía que el lenguaje hablado y la vida en general debían determinar la gramática, la ortografía y el uso.
Imagen de un diccionarioImage copyrightGetty
Image captionWebster incluyó en su diccionario 5.000 palabras que nunca habían sido incluidas antes en un lexicon.
"La gramática es la que se forma sobre la base del lenguaje, y no el lenguaje sobre la de la gramática", escribió.
En el diccionario de 1828 había 70.000 entradas, incluyendo 5.000 palabras que nunca antes habían sido incluidas en un lexicón del inglés.

El "inglés federal"

En el "inglés federal", tal y como él lo denominó, remarcó el contraste de un mayor uso por parte de los trabajadores del campo frente a la afectación de la urbana Londres.
El "American Dictionary of the English Language" fue un éxito de ventas. Las 2.500 copias para Estados Unidos y las 3.000 en Inglaterra se agotaron pronto.
Y eso a pesar de que la obra Webster no le granjeó amigos en las Islas Británicas. O quizás precisamente por ello.
Recibió duras críticas por el uso de "americanismos", por sus preferencias ortográficas, por su tendencia a defender más el uso estadounidense que el británico y por la inclusión de palabras no literarias.
Un estudiante con un diccionarioImage copyrightGetty
Image captionEl diccionario de Webster sirvió para homogeneizar el uso del inglés en un país de reciente formación como EE.UU.
"Webster ha corrompido tristemente nuestra ortografía", dijo en 1886 el obispo Arthur Cleveland Coxe.
No siempre tuvo éxito en sus propuestas. Propuso sin encontrar apoyo suprimir letras mudas en palabras como "head" (cabeza), "give" (dar) y "built" (construir) para convertirlos en "hed", "giv" y "bilt".
Tampoco prosperó la sustitución de "sh" por "ch" en palabras prestadas del francés como "machine" (máquina) y "chevalier" (caballero), ni tampoco su idea de escribir "stile" por "style" (estilo).
Pese a que la "s" es muda, se mantiene en "island" (isla) y no se aceptó su propuesta de "iland".

Reformas aceptadas

Sin embargo, murió viendo cómo sus compatriotas aceptaban la mayoría de sus reformas, como por ejemplo la terminación en "or" en lugar de en "our" en palabras como "color" (color) y "honor" (honor) y la supresión de muchas dobles consonantes.
También estableció la "s" en lugar de la "c" en palabras como "defense" (defensa) y la eliminación de la "e" en "axe" (hacha).
Diccionarios Oxford
Image captionLos diccionarios británicos terminaron por aceptar los llamados "americanismos".
Términos que finalizaban en "-ck", como"publick" (público), perdieron la "k".
Y a Webster se le debe también la independencia de letras como "j" y "v", antes asociadas a la "i" y la "u", respectivamente.
"La gente escribe como le dicta su oído, sin que les guíen las normas. Y es por ello que usan la ortografía normal", decía.
Su influencia simplificatoria trascendió su tiempo y por ello el inglés de Estados Unidos naturaliza vocablos de otros idiomas con mayor facilidad que el británico. "Employè" se convirtió en "employee" (empleado) y "asphalte" en "asphalt" (asfalto).
En 1870, la Asociación Estadounidense de Filología (APA por sus siglas en inglés) y la Convención Internacional para la Corrección de la Ortografía Inglesa decidieron que había que hacer cambios y aceptaron esencialmente las ideas de Webster, lo que supuso modificar la ortografía de 3.500 palabras.
Una imagen de unas gafas sobre un diccionarioImage copyrightGetty
Image captionMuchos criticaron entonces a Webster por "corromper" el idioma.
Aunque muchos de los cambios estadounidenses simplificaron la ortografía, otros no aportaron nada en términos de simplicidad, fonética o lógica.
Eso llevó al debate, aún vigente, sobre la necesidad de una ortografía estandarizada en el inglés.
"Es una mente muy pobre la que sólo puede pensar en una única manera de escribir bien una palabra", es la famosa frase de Andrew Jackson, presidente de Estados Unidos de 1829 a 1837.

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