miércoles, 30 de marzo de 2016

Una gasolinera y un regalo misterioso: así empezó el escándalo que asedia al gobierno de Brasil

Una gasolinera y un regalo misterioso: así empezó el escándalo que asedia al gobierno de Brasil

Image copyrightGetty
Image captionCientos de miles de simpatizantes opositores han protestado contra el gobierno en las últimas semanas.
El inmenso escándalo de corrupción que asedia al gobierno de Brasil nació casi por azar, en una gasolinera. Y siguió con un regalo caro que intrigó a los investigadores.
La estación de servicio se llama "Posto da Torre", un gran espacio comercial en el centro de Brasilia. Además de 16 bombas de combustible, tiene un minimercado, una cafetería y una lavandería.
Cuando la Policía Federal brasileña llegó allí dos años atrás, había también una casa de cambio donde sospechaba que lavaban dinero.
El operativo policial se llamó "Lava Jato", que en portugués significa "lavacoches", aunque en la gasolinera nadie limpiaba autos.
Expresidente brasileño Lula da Silva habla en público, micrófono en mano y delante de una cámara.Image copyrightAP
Image captionLula: el expresidente brasileño pasó a ser investigado en la causa gigantesca de sobornos conocida como "Lava Jato".
Ese nombre pasó a ser usado luego para todo el caso que desde entonces ha golpeado a Petrobras, la mayor empresa petrolera brasileña, llevó tras las rejas a políticos y poderosos empresarios, y puso bajo investigación al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Con más de 90 condenas emitidas hasta ahora y unos US$800 millones recuperados por los investigadores, es considerado el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil.
    El terremoto político desatado podría costarle caro a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien tiene la popularidad por el piso y enfrenta acciones opositoras para terminar su mandato con un juicio político en el Congreso o un proceso en el Tribunal Electoral.
    Un fiscal brasileño muestra un gráfico con el esquema de sobornos que operaba en Petrobras.Image copyrightReuters
    Image captionA los fiscales brasileños les llevó tiempo armar el rompecabezas del esquema de corrupción que funcionaba en Petrobras.
    Claro que todo esto era difícil de vaticinar cuando los agentes llegaron a aquella gasolinera el 17 de marzo de 2014.
    "Nadie imaginaba que el Lava Jato iba a ser lo que es hoy", dijo un policía federal que desde el inicio sigue de cerca la investigación en Curitiba, la ciudad del sur de Brasil donde está radicada la causa judicial.
    "Era una cosa chiquita, que creció y creció", agregó en diálogo con BBC Mundo.

    Los doleiros

    Los investigadores pusieron la mira en la estación de servicio de Brasilia después que comenzaran a monitorear las comunicaciones telefónicas de su dueño, Carlos Chater, en julio de 2013.
    Habían llegado a él indagando presuntos delitos de lavado de recursos vinculados al exdiputado José Janene, quien hasta su muerte en 2010 tenía negocios en Paraná, el estado brasileño cuya capital es Curitiba.
    Vehículo de la Policía Federal brasileña durante un operativo.Image copyrightReuters
    Image captionLa Policía Federal brasileña ha lanzado diversos operativos simultáneos desde el inicio del escándalo, con allanamientos y detenciones.
    La sospecha era que Chater actuaba como doleiro, nombre que en el mundo del crimen local reciben operadores ilegales del mercado de cambio.
    Estos personajes crean una suerte de sistema bancario en las sombras, que es usado por individuos u organizaciones delictivas para ocultar y lavar dinero sucio.
    Luego de vigilar durante algunos meses a Chater, los investigadores concluyeron que en realidad no estaban ante una, sino cuatro organizaciones delictivas que interactuaban, con doleiros como jefes.
    Una de ellas era encabezada por Chater, quien más tarde sería condenado a penas de prisión por lavado de dinero por parte del juez de la causa, Sérgio Moro.
    Otra de las organizaciones tenía como jefe a Alberto Youssef, quien según la fiscalía era "un antiguo conocido de los procuradores de la República y policías federales".
    Juez federal brasileño Sérgio MoroImage copyrightReuters
    Image captionSérgio Moro, el juez federal a cargo del caso Petrobras, que ha avanzado en base a acuerdos de delación.
    De hecho, Youssef ya había ido preso en 2003 por lavado de dinero y delitos contra el sistema financiero, en un caso anterior de evasión de fondos denominado Banestado.
    En aquel entonces, Youssef logró escapar de una pena mayor firmando un acuerdo de colaboración inédito en Brasil, para reducir su condena a cambio de dar información, homologado por el juez Moro.
    El caso Banestado fue, por cierto, un antecedente clave para el escándalo que estremece ahora a Brasil: además del juez, varios investigadores de aquel esquema ilícito pasaron luego a trabajar en el "Lava Jato".
    Cuando volvieron a monitorear a Youssef por su vínculo con Chater, los agentes hallaron un correo electrónico que aludía a un regalo lujoso: una camioneta Range Rover Evoque.
    Image copyrightReuters
    Image captionLa división política se ha dejado sentir en incidentes que de momento hay que considerar aislados.
    Se asombraron al descubrir que el destinatario del obsequio de Yousseff era Paulo Roberto Costa, quien entre 2004 y 2012 había sido director de abastecimiento de Petrobras, un puesto crucial en el manejo de contratos.
    El vínculo de la petrolera estatal con la red ilegal de lavado de dinero y sobornos quedó así expuesto ante los investigadores.
    Pero el rompecabezas sólo consiguieron completarlo meses más tarde.

    Los delatores

    La primera fase de la Operación Lavacoches lanzada en la gasolinera de Brasilia comprendió en total 81 órdenes de allanamiento y 28 mandatos de prisión preventiva o temporal, en varias ciudades del país.
    Fueron incautados autos deportivos, joyas, obras de arte y relojes lujosos.
    Exdirector de Petrobras, Paulo Roberto Costa.Image copyrightReuters
    Image captionPaulo Roberto Costa: el exdirector de Petrobras fue una pieza clave del caso.
    El propósito era desarticular una red que lavaba dinero del narcotráfico, comercio ilegal de diamantes y desvío de fondos públicos, mediante gasolineras, lavanderías y otros comercios.
    Costa, el exdirector de Petrobras, fue detenido tres días más tarde, el 20 de marzo de 2014.
    El arresto se produjo después que familiares suyos fueran grabados por cámaras de seguridad de un edificio donde funcionaba una empresa de Costa, llevándose bolsas y mochilas a hurtadillas. Según los policías, estaban destruyendo pruebas.
    La colaboración internacional también fue importante: fiscales suizos informaron a sus pares brasileños que en bancos de ese país había más de US$23 millones pertenecientes a Costa.
    Cartel con el logo de Petrobras.Image copyrightGetty
    Image captionTras atar varias pistas, los investigadores concluyeron que había un esquema ilícito para desviar dinero de Petrobras.
    Todo indicaba a los investigadores que había un esquema oculto de desvío y lavado de dinero proveniente de Petrobras, pero faltaba descubrir cómo funcionaba exactamente y hasta dónde llegaba.
    Entonces el caso dio otro giro clave, cuando en agosto de 2014 Costa llegó a un acuerdo de delación para reducir su pena, a cambio de devolver dinero, relatar crímenes y señalar a otros implicados.
    Luego hizo lo mismo Youssef, que también tenía bastante para revelar.

    Resultados

    Con esos y nuevos testimonios, los fiscales denunciaron que las principales empresas constructoras de Brasil, incluidas gigantes como Odebrecht o Camargo Corrêa, habían formado un cartel para repartirse contratos multimillonarios de Petrobras.
    A cambio pagaban sobornos a directores de la petrolera y a medio centenar de políticos de diferentes agrupaciones, incluido el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y aliados.
    Marcelo Odebrecht, el expresidente de la empresa gigante de construcción Odebrecht, condenado en el caso Petrobras.Image copyrightGetty
    Image captionMarcelo Odebrecht, el expresidente del gigante de la construcción Odebrecht, condenado en el caso Petrobras.
    El dinero desviado oscilaba entre 1% y 3% del valor de los contratos con Petrobras, iba a compañías de fachada que los disfrazaban como pagos por consultorías, y pasaba por Youssef y otros doleiros antes de llegar a los destinatarios.
    El escándalo nunca paró de expandirse, alimentado por un total de 49 acuerdos de colaboración que permitieron recuperar casi la mitad de los US$1.770 millones pagados en sobornos, según los fiscales.
    Hasta el momento, 179 personas enfrentan acusaciones penales. Las condenas ya emitidas en primera instancia suman casi 1.000 años de prisión.
    Entre ellos están el extesorero del PT, João Vaccari, antiguos directores de Petrobras y el expresidente de Odebrecht, Marcelo Odebrecht, condenado este mes a 19 años y cuatro meses de cárcel.
    Youssef y Costa recibieron también este mes penas de 20 años y algunos meses de prisión cada uno. Pero como tenían otras condenas previas y fueron delatores del caso, podrán recibir beneficios del juez.
    Extesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, João Vaccari, Image copyrightAgencia Brasil
    Image captionJoão Vaccari, extesorero del PT, es otro condenado en el escándalo.
    Ahora la gran pregunta es hasta dónde llegará la causa.
    El expresidente Lula ha sido investigado por sospechas de que recibió beneficios ocultos de firmas constructoras. Pero él lo niega y critica al juez Moro y a los investigadores, sugiriendo incluso que han causado perjuicios a la economía brasileña.
    La semana pasada, un ministro del Supremo Tribunal Federal pidió a Moro que enviase las investigaciones sobre Lula a esa corte, la más alta de Brasil, que ahora debe resolver si continúa con ellas o las devuelve total o parcialmente al juez de primera instancia.
    En su decisión, el ministro Teori Zavascki criticó la publicidad que Moro dio a conversaciones telefónicas de Lula grabadas por los investigadores, incluida una con Rousseff que aumentó las sospechas de que lo nombró ministro para darle fuero judicial especial y evitar su eventual arresto.
    La designación de Lula como jefe de gabinete del gobierno fue suspendida por otro ministro del Supremo.
    Mientras, la gasolinera donde comenzó todo aun atiende cientos de vehículos al día en la capital. Claro que ahora lo hace sin una casa de cambio dentro.

    viernes, 25 de marzo de 2016

    De París a Bruselas: cuáles son los vínculos entre ambos ataques

    De París a Bruselas: cuáles son los vínculos entre ambos ataques

    Una caricatura sobre el abrazo de Bruselas y ParísImage copyrightTwitter Le Monde
    Image captionEl caricaturista francés Plantu dibujó a Francia y Bélgica abrazadas a raíz de los ataques del martes en Bruselas.
    Con cada nueva información que se publica queda más clara la relación entre los ataques de Bruselas y los de París.
    Los de la capital belga tuvieron lugar a primera hora de este martes en el aeropuerto de Zaventem, a 7 kilómetros de la capital belga, y en la céntrica estación de Maalbeek, y dejaron 31 muertos y 270 heridos.
    Y los de la capital francesa ocurrieron cuatro meses antes, el 13 de noviembre, y se saldaron con 137 víctimas mortales y 415 heridos.
    Tras los incidentes de París, a la policía le quedó claro que varios atacantes huyeron a Bélgica, el país en el que se habían fabricado varias de las bombas utilizadas en la capital francesa.
    El grupo autodenominado Estado Islámico reivindicó la autoría de las acciones tanto de París como de Bruselas.
    Y son los mismos sospechosos los que los servicios de inteligencia vinculan a ambos ataques.
    Estos son sus nombres.

    Najim Laachraoui

    La víspera de las explosiones en Bruselas, la policía belga informó de que el principal sospechoso relacionado con los ataques en París era Najim Laachraoui y que estaba prófugo.
    Los servicios de inteligencia creen que este belga nacido en el suburbio Schaerbeek de Bruselas era el experto en armas de una célula de EI en Bélgica.
    Reportes sin confirmar de Bélgica señalan que se inmoló en el aerpuerto de Bruselas el 22 de marzo, junto con Brahim Bakraoui.
    Image copyrightPolicia de Belgica
    Image captionEs el principal sospechoso de los ataques de París.
    Si esto se llegase a confirmar, el vínculo entre los ataques de París y los de Bruselas quedaría probado.
    El ADN de Laachraoui fue hallado en un apartamento de Bruselas y en una casa de Auvelais, en el sur de Bélgica.
    Ambas casas habían sido utilizadas por los atacantes de París antes del 13 de noviembre.
    Hasta esta semana, a Laachraoui sólo se le conocía por su alias, Soufiane Kayal.
    Con ese nombre, falso, había alquilado el apartamento de Auvelais.
    Se unió a Estado Islámico en Siria en 2013 y regresó a Bélgica el año pasado.
    La policía lo identificó después de que en septiembre cruzara la frontera entre Hungría y Austria en coche junto con otros dos sospechosos.
    Los otros dos eran Salah Abdeslam y Mohamed Belkaid.
    Cuando el 15 de marzo la policía llevó a cabo una redada en una casa de Forest, un suburbio de Bruselas, encontró a los tres allí.
    Belkaid murió de un tiro durante el operativo.

    Salah Abdeslam

    De acuerdo a la policía, Salah Abdeslam estuvo involucrado en el planeamiento y la ejecución de los ataques de París.
    Allí murió su hermano Brahim Abdeslam, que se inmoló.
    Image copyrightBFMTV
    Image captionLa policía capturóa Salah Abdeslam el 18 de noviembre.
    Después de las acciones de la capital francesa, Abdeslam estuvo prófugo por cuatro meses.
    Lo capturaron el 18 de marzo en Molenbeek, en el barrio de Bruselas en el que creció, tres días después de que Belkaid muriera en el operativo policial.
    Los servicios de inteligencia creen que era parte de la célula de EI en Bélgica que planeaba un ataque para Semana Santa, pero que después de que fuera arrestado adelantó los planes.
    La policía belga asegura que les suministró información y que, como consecuencia, sus colaboradores yihadistas temen que hayan quedado al descubierto.
    Antes de los ataques de París, Abdeslam viajó varias veces por Europa y por ello se le considera el experto en logística de la célula de EI en Bélgica.
    La policía lo paró en Ulm, un pueblo del suroeste de Alemania, a principios de octubre.
    Iba con otro sospechoso, Monir Ahmed Alaaj.
    Era un nombre falso, y también se le conocía como Amine Choukri.
    Fue capturado el viernes junto a Abdeslam.

    Khalid y Brahim el Bakraoui

    Los hermanos Khalid y Brahim el Bakraoui se inmolaron el 22 de marzo en Bruselas.
    Brahim lo hizo en el aeropuerto de Zaventem, a 7 kilómetros de la capital belga, y Khalid en la céntrica estación de metro de Maalbeek.
    Ambos tenían antecendetes criminales, aunque "no relacionados con terrorismo", señaló el fiscal general belga este miércoles.
    Image copyrightAFP
    Image captionLos expertos en seguridad consideran que los hermanos El Bakraoui se inmolaron el 22 de marzo.
    Eran considerados criminales comunes.
    Brahim el Bakraoui había pasado nueve años preso por participar en un robo con pistola en 2010.
    Y su hermano cumplió una pena de cinco años de cárcel por robar un coche en 2011.
    Sin embargo, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan dijo que Brahim el Bakraoui, de 29 años, fue identificado en la frontera con Siria en julio de 2015.
    También señaló que ya habían advertido que era un "terrorista extranjero" antes de ser deportado a Turquía.
    Además existen claros vínculos entre los hermanos, los ataques de París y Salah Abdeslam.
    Khalid el Bakraoui, de 27, alquiló el piso de Bruselas en el que la policía belga llevó a cabo el operativo el 15 de marzo y en el que falleció Mohamed Belkaid.
    La policía buscaba a los hermanos El Bakraoui cuando realizó la redada en lacasa de la calle Dries, en Forest, un suburbio de la capital belga.
    Y lo que es más importante, también se cree que Khalid el Bakraoui rentó el apartamente de Charleroi, en el sur de Bélgica, que la célula de EI utilizó para reunirse antes de los ataques de París.
    En el piso de la calle Fort la policía encontró rastros tanto de los hermanos Abdeslam como del atacante del estadio de fútbol Stade de France (París) en noviembre, Bilal Hadfi.
    Image copyrightAFP
    Image captionLa policía belga llevó a cabo un operativo en la calle Fort (en la imagen).
    Y también del supuesto cabecilla Abdelhamid Abaaoud y de Chakib Akrouh.
    Ambos murieron durante una redada de la policía en París cinco días después de los ataques.
    Aunque se cree que jugaron un papel menor en los ataques de París, la policía tiene claro su vínculo con Salah Abdeslam, Najim Laachraoui y los ataques de Bruselas.

    Mohamed Abrini

    La policía sospecha que Mohamed Abrini estuvo relacionado con los ataques de París y lo sigue buscando.
    Lo vincularon con la búsqueda de Laachraoui en los días previos a los ataques en Bruselas y se especula que en estos también desempeñó un papel activo.
    Image copyrightPolicia de Belgica
    Image captionA Mohamed Abrini se le perdió la pista.
    Antes de los ataques del 13 de noviembre en París, este amigo de infancia de Salah Abdeslam viajó dos veces entre Bélgica y París junto, el 10 y el 11 de noviembre, junto con los hermanos Abdeslam.
    Fue visto en una gasolinera de camino a París.
    Conducía un Renault Clio que sería después utilizado durante la noche de los ataques en la capital francesa.
    No está claro qué pasó con él después de eso.

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